PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Contenido: El problema, objetivos de la investigación
Contenido: El problema, objetivos de la investigación
Orientaciones: Lea cuidadosamente el material y posteriormente
conteste las preguntas que se encuentran al final de éste.
Todo problema
surge a raíz de una dificultad; ésta se origina a partir de una necesidad, en
la cual aparecen dificultades sin resolver. De ahí la necesidad de hacer un
planteamiento adecuado del problema a fin de no confundir efectos secundarios
del problema a investigar con la realidad del problema que se investiga.
Por tanto, el
planteamiento va a establecer la dirección del estudio para lograr ciertos
objetivos, de manera que los datos pertinentes se recolectan teniendo en mente
esos objetivos a fin de darles el significado que les corresponde.
En relación
con el planteamiento del problema conviene hacer distinción entre:
1. Problemas.
2. Problemas
de investigación.
3. Problemas
de la investigación.
4. Problemas
del investigador.
5. Y problemas
a investigar.
Debe haber una
actitud de objetividad ante la dificultad; ésta es una actitud básica del
investigador. Un problema de investigación no debe ser afectado por los
prejuicios o las preferencias personales del investigador; la investigación no
pretende resolver problemas personales, a no ser que éstos sean el objetivo de
la investigación.
La actitud de
objetividad hacia los problemas de investigación nos exige tomar el tiempo
necesario para entender la complejidad de la dificultad y, conociendo la
realidad de la dificultad, llega a conocer los diversos factores que inciden en
ella.
A partir de la
identificación del problema surge la necesidad de su análisis, es decir, a la
acción de descomponer el problema en sus partes constitutivas, previa
identificación de ellas (elementos), y de las mutuas relaciones, las
circunstancias concretas en las que aparece el problema.
Descripción
del problema
No se pueden
plantear problemas de investigación a espaldas de la realidad que se investiga.
Un problema investigable es un punto de conflicto conectado con una situación
de dificultad en la que hay una duda por resolver y pueden preverse dos o más
soluciones.
El
planteamiento del problema pone de manifiesto tres aspectos que deben tenerse
en cuenta desde el principio:
1. Descripción
del problema.
2. Elementos
del problema.
3. Formulación
del problema.
La descripción
del problema es la complejidad de la realidad del problema, en relación con el
medio dentro del cual aparece. Implica conocimiento más o menos adecuado a la
realidad. La descripción presenta todos esos puntos que unen
circunstancia-problema en relación con la investigación. Cuando se describe un
problema se hace ambientación de todas aquellas características que se
presentan inicialmente en el tratamiento del problema y a partir del cual se
formularon hipótesis, variables, formulación del problema y respaldo teórico.
Cuando el
investigador describe un problema, presenta los antecedentes de estudio, las
teorías en las que se basó y los supuestos básicos en los que se apoya el
enunciado del problema. Debe aclarar en particular qué personas, materiales,
situaciones, factores y causas serán consideradas o no. Un enuncia¬do completo
del problema incluye todos los hechos, relaciones y explicaciones que sean
importantes en la investigación. Hay que encuadrarlo en un enunciado
descriptivo o en una pregunta que indique con claridad qué información ha de
obtener el investigador para resolver el problema.
El flujo del
planteamiento del problema nos pone de manifiesto la necesidad que existe en
conectar una dificultad específica con una serie de dificultades. Para
determinar una dificultad específica en su localización espacio-temporal dentro
de la complejidad de una situación problemática, se debe ir seleccionando los
diversos aspectos que inciden en ella; es decir, individualizar los puntos de
conflicto en la forma más correcta posible.
Ante una
dificultad problemática de posible investigación, hay que asumir una actitud
objetiva y tomarse el tiempo suficiente para entender y comprender la
complejidad de la dificultad conociendo el contexto o cir-cunstancia en la cual
aparece la dificultad, Así se puede llegar a determinar los factores de la
realidad del problema y así describir y formular adecuadamente el problema.
Es decir, las
circunstancias presentan el contexto en el cual aparece la dificultad, y ésta
da origen y orienta al problema. Por ello, el problema es la relación existente
entre dificultad y circunstancia.
El
reconocimiento de una situación problemática proporciona un punto de partida,
pero antes es necesario aislar, pensar y aclarar los hechos que originan el
problema. El investigador debe determinar límites razonables; para ello puede
descomponer la pregunta original en varios interrogantes secundarios.
Una vez
concretizados los puntos del conflicto conviene juzgarlos no desde el punto de
vista de su relación con la dificultad que se estudia. No se trata de valorar
la dificultad, se trata de enfrentarnos a ella, conviene por tanto mirar los
puntos del conflicto en razón de su proyección de los problemas de
investigación.
Al hablar de
la dificultad de la cual surge un problema de investigación, Alberdi, anota:
Dentro de la
complejidad de una situación de dificultad debemos ir separando diversos
aspectos. Uno de los métodos es el de individualizar puntos de conflicto de la
forma más concreta posible, se trata de atender individualmente los diversos
factores que intervienen en la dificultad en la cual nos ocupamos, a fin de
examinar los diversos puntos concretos de conflicto para ver si se encuentran o
no problemas investigables.
Un problema
investigable es un punto de conflicto conectado con la situación de dificultad,
en el que hay una situación de duda y para el que se ven dos o más posibles
soluciones. Un punto de conflicto en una situación de dificultad ante la que
nos encontramos, no es un problema investigable, a no ser que haya duda acerca
de la solución que conviene aplicar.
Si ya se tiene
o se ha determinado el modo como hay que resolver el conflicto, no es necesario
investigar más; es decir, si obteniendo en la investigación el resultado que
sea se va a tomar al final una decisión predeterminada inicialmente, ¿qué
sentido tendrá la investigación?
La situación
de duda presentada por un problema investigable se refiere a la solución que
conviene aplicar al punto concreto del conflicto. Si nuestra dificultad es
teórica, la duda se aplicará a la verdad que conviene aplicar al punto concreto
del conflicto. Si nuestra dificultad es teórica, la duda se aplicará a una
verdad que aclara el punto oscuro, pero si la dificultad es de orden práctico,
la duda se centrará sobre una forma de solución del punto de conflicto.
El punto de
conflicto para ser un problema investigable implica la existencia y
conocimiento dedos posibles soluciones, o más, entre las que no hay preferencia
específica, pues de existir ésta, ¿qué fin tendría la investigación?
Siempre que un
punto de conflicto sea un problema investigable, tendremos que encontrar
diversas soluciones posibles y tener una duda razonable sobre cuál es la mejor;
es decir, una duda que nos prepare para admitir que la solución mejor es una de
la cual no habríamos sospechado al principio y cuya presencia resultó de la
investigación.
Veíamos que
para poder hallar la mejor solución en una situación de dificultad conviene
detectar diversos punt9s de conflicto conectados con la situación de
dificultad. Detectado el punto de conflicto y sus posibles soluciones y si se
presenta duda razonable sobre cuál será la mejor, nos encontramos frente a un
problema investigable. Por tanto, después de afrontar situaciones de dificultad
y haber conocido diversos aspectos y observado su contexto, debemos procurar
detectar uno o más problemas investigables.
Al identificar
el problema investigable adquirimos un conocimiento nuevo frente a la situación
de dificultad, y ese conocimiento nos encauza hacia la solución del conflicto
planteado por la dificultad.
Cuando aún no
logramos identificar problemas investigables, no estamos capacitados para
iniciar una investigación metodológica cuyos fines estén claramente precisados
y delimitados.
El
investigador tiene que llegar a conocer mejor, en su conjunto, la situación de
dificultad que aquellas personas que están dentro de ella. En este sentido, es
fundamental la experiencia en el terreno o ciencia sobre la cual se va a
investigar.
Generalmente,
los problemas pueden identificarse de varias formas, siendo las más comunes la
intuición y la deducción. La intuición nos hace ver posibles conexiones o
relaciones de aspectos aparentemente no relaciona-dos, y la deducción se
presenta cuando observamos que la situación de dificultad, bien sea teórica o
práctica, ha sido abordada una o varias veces desde uno o varios puntos de
vista por diversas investigaciones. Es decir, la investigación por deducción se
realiza después de una investigación, en la cual el problema se presentaba por
falta de conocimientos.
Se suele decir
que un problema bien planteado es un problema resuelto, lo cual es verdad, ya
que generalmente así sucede en la realidad. Muchas veces ocurre que los
problemas no son investigables, es decir, se encuentran demasiado confusos
debido a que la situación de dificultad es extremadamente complicada, tanto
desde su punto de vista teórico como práctico, hasta el punto que se hace
imposible plantear un problema investigable. De lo cual se deduce que "la
investigación pura no existe o no sirve para nada" ya que ésta siempre se
hará en relación con:
En relación
con el análisis de una situación problemática, Van Dalen, sugiere tener en
cuenta los siguientes aspectos, los cuales se acompañan de un gráfico
ilustrativo.
1. Reunir los hechos en relación con el problema.
2. Determinar
la importancia de los hechos.
3.
Identificarlas posibles relaciones existentes entre los hechos que pudieran
indicar la causa de la dificultad.
4. Proponer
explicaciones de la causa de la dificultad y determinar su importancia para el
problema.
5. Encontrar,
entre las explicaciones, aquellas relaciones que permitan adquirir una visión
más amplia de la solución del problema.
6. Hallar
relaciones entre hechos y explicaciones.
7. Analizar
los supuestos en que se apoyan los elementos identificados.
Elementos del
problema
Son elementos
aquellas características de la situación problemática imprescindibles para el
enunciado del problema, es decir, sumados los elementos del problema se tiene
como resultado la estructura de la descripción del problema.
Para poder
abarcar la búsqueda de una solución a un problema, el investigador debe
precisar la naturaleza y las dimensiones del mismo. Para ello, se requiere
reunir datos que se puedan relacionar con el problema y posibles soluciones del
mismo.
Para que la
lista obtenida de los elementos del problema adquiera verdadero significado, el
investigador procurará hallar las relaciones que existen entre los hechos, por
una parte, y entre las explicaciones, por otra, y tratará de relacionar
aquéllos con éstas.
Después de
enumerar los elementos que considere más importantes y de procurar hallar las
relaciones existentes entre ellos, el investigador buscará datos que le
permitan confirmar sus hallazgos, verificar la exactitud de sus conclusiones
con respecto a la naturaleza del problema y determinar si no existen otros
hechos, explicaciones y relaciones.
Luego de
incorporar nuevos datos a la lista de elementos y eliminar los que considera
carentes de importancia, el investigador realizará un examen de los supuestos
en que se basan los hechos, explicaciones y relaciones halladas.
FORMULACIÓN
DEL PROBLEMA
Una vez hecha
la descripción de las circunstancias en la cual aparece la dificultad que da
origen al problema, viene la parte final, es decir, la elaboración o
formulación del problema, la cual consiste en la estructuración de toda la
investigación en su conjunto, de tal modo que cada una de las piezas resulte
parte de un todo y que ese todo forme un cuerpo lógico de investigación.
La primera
etapa en la formulación de la investigación es reducir el problema a términos
concretos y explícitos. A pesar de que la selección de un tema de investigación
haya sido determinada por consideraciones ajenas a las científicas, la
formulación del mismo en forma de problema de investigación es el primer
peldaño a subir en la investigación científica, luego debe estar influenciado
por las condiciones del procedimiento científico.
La primera
fase de la formulación es el descubrimiento de un problema necesitado de
solución. El asunto elegido para la investigación es frecuentemente de tal
envergadura que no pueden ser investigados simultáneamente todos los aspectos
del problema. La tarea debe reducirse de manera que pueda ser abarcada en un
solo estudio o dividida en cierto número de subcuestiones que puedan ser
llevadas a cabo en estudios separados.
Reduciendo el
problema a términos que pueden ser abordados en un solo estudio se procede a
las fases de la investigación.14
En la
elaboración y formulación del problema, la definición es el primer paso más
importante. La definición hay que realizarla sobre cada uno de los elementos
que se han identificado en el problema.
Definir un problema
es declarar en forma clara y concreta sus diversos elementos, de tal manera que
queden bien precisados al igual que sus relaciones mutuas. Es decir, debe
contemplar tanto el problema como los elementos conectados con él. Al definir
el problema hacemos posible que otros puedan entender lo que pretendemos o
tratamos de conseguir con la investigación.
Definir un
problema significa especificarlo en detalle y con precisión. Cada cuestión y
aspecto subordinado que deban responderse han de ser delimitados. Deben
determinarse los límites de la investigación. Con frecuencia es necesario
revisar estudios con objeto de determinar con exactitud lo que se ha de hacer.
A veces es necesario formular el punto de vista o teoría educativa sobre la
cual ha de basarse la investigación.
Una vez
definido el problema, se hace necesario formularlo y redactarlos con el fin de
contar a lo largo de la investigación con los elementos precisos y claramente
detallados de los diversos aspectos de la definición. Al formular el problema
se hace la presentación oracional del mismo, lo cual constituye una síntesis
del problema.
El problema se
formula con base en las necesidades descritas y su relación con los elementos
que se han detectado y tanto elementos como hipótesis tienen que ser
compatibles entre sí en relación con la investigación.
Arias Galicia
nos dice: "Cuando un problema está bien formulado se tiene ganada la mitad
del camino hacia su solución"; en la formulación del problema debe
considerarse tanto el problema como todos los demás datos conectados con él.
Para ello es necesario tener presente todos los elementos del mismo.
Se selecciona
una serie de datos que estén íntimamente ligados al problema, basando la
selección en un marco teórico, es decir, aceptable con los demás datos. Si no
existe un encadenamiento conceptual entre varios componentes, no será posible
encontrar un significado a la investigación.
Siempre que se
enuncia la formulación del problema, debe hacerse en forma breve y debe incluir
en forma nítida el punto de conflicto o problema en el que va a centrar la
atención y la relación con la situación de dificultad.
La formulación
de un problema de investigación consiste en expresarlo con términos claros y
precisos. Esta formulación debe presentar el objetivo fundamental de estudio en
sus dimensiones exactas, mediante una exposición formalmente explícita,
indicando por medio de ella qué información debe obtener el investigador para
resolver el problema. Es preciso tener en cuenta que esta información surge del
análisis previo del problema y, en consecuencia, debe contener los elementos
que éste ha proporcionado, a saber:
1. Variables o
aspectos principales que intervienen.
2. Relaciones
entre ellos.
3. Cuáles
argumentos (teorías) justifican esas relaciones.
Además de los
elementos anteriores se acostumbra, al enunciar un problema, agregar
consideraciones sobre (a) los antecedentes del estudio, y (b) la definición de
los términos principales.
El enunciado
por medio del cual se plantea inicialmente un problema puede expresarse de dos
maneras: una, reviste la forma de una pregunta; la otra, consiste en una
exposición o descripción. En ambos casos se debe indicar con claridad y de
manera suficiente qué información básica requiere el investigador para resolver
el problema. La forma interrogativa es más simple y directa que la forma
descriptiva y se considera muy indicada cuando el problema no requiere de un
amplio y complejo enunciado.
EJEMPLOS DE
ENUNCIADOS DE PROBLEMAS:
FORMA
DESCRIPTIVA. Desconocimiento del grado de adaptación a la
hospitalización de los niños que reciben instrucciones previas acerca del
dolor, en comparación con aquellos que no reciben dichas instrucciones.
FORMA INTERROGATIVA. ¿Los niños que reciben instrucciones previas acerca del
dolor, manifiestan un ajuste mayor a la hospitalización que aquellos que no las
reciben?
Es preciso que
la formulación de un problema contenga definiciones adecuadas de los conceptos.
Dos razones principales para ello:
1. Las
definiciones claras y adecuadas contribuyen de modo preciso a aclarar el
fenómeno bajo estudio.
2. Esas
definiciones facilitan la comunicación entre los científicos y evitan
confusiones en lo que se quiere expresar.
De lo
anteriormente expuesto podemos concluir, en términos de resumen, que una vez
identificado y analizado el problema en sus componentes principales, debemos
estar en condiciones de formularlo en forma de pregunta o en forma descriptiva,
pero siempre teniendo en cuenta que el enunciado debe presentar el objetivo
fundamental del estudio en forma explícita y en sus dimensiones exactas. A este
fin contribuye decididamente la definición exacta de los términos.
OBJETIVOS DE
LA INVESTIGACIÓN
Cuando se ha
seleccionado el tema de investigación y se ha formulado el problema, debe
procederse a formular los objetivos de la investigación, que deben estar
armonizados con los del investigador y los de la investigación.
El objetivo de
la investigación es el enunciado claro y preciso de los propósitos por los
cuales se lleva a cabo la investigación. El objetivo del investigador es llegar
a tomar decisiones y a desarrollar una teoría que le permita generalizar y
resolver en la misma forma problemas semejantes en el futuro. Todo trabajo de
investigación es evaluado por el logro de los objetivos de la investigación.
Los objetivos deben haber sido previamente formulados y seleccionados al
comienzo de la investigación.
La evaluación
de la investigación se realiza con base en los objetivos propuestos y puede ser
sumativa, es decir, progresiva; esto lleva a clasificar los distintos niveles
de resultados que se quieren lograr en la investigación. Si la investigación es
planeada científicamente, debe tener validez en cada una de sus etapas en razón
de objetivos, y el logro de éstos en cada etapa es lo que permite pasar a la
siguiente.
Al final de la
investigación, los objetivos han de ser identificables con los resultados; es
decir, toda la investigación deberá estar respondiendo a los objetivos
propuestos.
Los objetivos
son fundamentales en la investigación, ya que sin ellos es imposible decidir
sobre los medios de realización de la misma.
Desde el
planteamiento del problema, se comienza a dar respuesta al objetivo propuesto.
El objetivo de una investigación es lo que se ha de demostrar a partir de un
problema o de la hipótesis propuesta, lo cual nos permite formular objetivos
generales y específicos.
Selltiz, nos
dice que el objetivo de la investigación es descubrir respuestas a determinados
interrogantes a través de la aplicación de procedimientos científicos. Estos procedimientos han sido desarrollados con el objetivo
de aumentar el grado de certeza de que la información reunida será de interés
para la interrogante que se estudia y que, además, reúne las condiciones de
realidad y objetividad.
Objetivo
general
Consiste en
enunciar lo que se desea conocer, lo que se desea buscar y lo que se pretende
realizar en la investigación; es decir, el enunciado claro y preciso de las
metas que se persiguen en la investigación a realizar. Para el logro del
objetivo general nos apoyamos en la formulación de objetivos específicos.
Objetivo
general = Resultados
Es conveniente
tener en cuenta que detrás de cada objetivo general debe haber un problema al
cual trata de presentarse alternativas de solución a partir de su enunciado.
Este problema
muchas veces se encuentra en forma tácita, en algunos casos se presenta de
forma explícita, y es de corte similar al enunciado del objetivo general
Un objetivo
general puede enunciar varios resultados a lograr, 10 importante es que su
enunciado pueda ser diferenciado dentro del contexto total del enunciado del
objetivo general.
Pueden también
formularse varios objetivos generales presentando cada uno de ellos un
resultado a lograr, teniendo la precaución de no olvidar el tratamiento de
alguno de ellos, lo cual no ocurre cuando se involucran varios resultados en un
enunciado de objetivo general
Es importante
tener en cuenta que para cada resultado hay que plantear una gama de objetivos
específicos que aseguren su logro. El número de objetivos, como el de
resultados enunciados en cada objetivo general, es de libertad del investigador
de acuerdo a sus necesidades de investigación, sólo es necesario no olvidar el
tratamiento de ninguno de ellos.
Objetivos
específicos
Los objetivos
generales dan origen a objetivos específicos que son los que identifican las
acciones que el investigador va a realizar para ir logrando dichos objetivos.
Los objetivos específicos se van realizando en cada una de las etapas de la
investigación. Estos objetivos deben ser evaluados en cada paso para conocer
los distintos niveles de resultados.
La suma de los
objetivos específicos es igual al objetivo general y, por tanto, a los
resultados esperados de la investigación.
Conviene
anotar que son los objetivos específicos los que se investigan y no el objetivo
general, ya que éste se logra como resultado.
En el objetivo
general, el número de objetivos específicos depende de las acciones necesarias
a realizar para el logro de un objetivo general, y conviene no olvidar que para
cada resultado enunciado en el objetivo general hay que establecer una gama de
objetivos específicos que me permita su logro. Más que el número de ellos,
interesa interrogarnos si con esos enunciados de actividades puedo obtener el
logro enunciado y así con cada uno de los resultados formulados en el objetivo
general.
Objetivos
metodológicos
Existen,
además, objetivos metodológicos, los cuales nos ayudan a lograr los objetivos
propuestos. El objetivo metodológico nos ayuda en el logro operacional de la
investigación, indicando las estrategias de cómo lograr los objetivos
específicos.
Este objetivo
es necesario tenerlo en cuenta en el proceso investigativo de los objetivos
específicos, pero no se acostumbra a realizar un enunciado formal de los mismos
ya que en el manejo metodológico del proceso, luego del marco teórico se
indicará la estructura metodológica de la investigación.
Cómo formular
objetivos
Un objetivo
bien formulado es aquel que logra comunicar lo que intenta realizar el
investigador; es decir, lo que pretende hacer y obtener como resultado. El
mejor enunciado de un objetivo excluye el mayor número de interpretaciones
posibles del propósito a lograr.
De acuerdo a
la complejidad de la investigación se determinará el número de objetivos
generados y sus correspondientes logros. Cuando la investigación se realiza por
etapas no se deben englobar todos los objetivos de la investigación en un solo
enunciado, pues conviene en este caso enunciar un objetivo general para cada
etapa; en el caso contrario (no por etapas), es recomendable un solo enunciado
general que contemple varios resultados.
Para una buena
formulación de objetivos conviene redactar todos los posibles enunciados que se
tengan en mente, lo cual nos ayuda a pulir el o los objetivos hasta lograr el
enunciado que responda a nuestro propósito.
El enunciado
de un objetivo consta de un conjunto de palabras, las cuales permiten varias
combinaciones y hacen posible el logro de la expresión de un propósito
determinado. En la combinación de palabras o símbolos es necesario tener
cuidado, pues se puede correr el riesgo de indicar con palabras una cosa
diferente a lo que queremos expresar. Por tal razón, el enunciado oracional del
objetivo debe responder a lo que el investigador tiene en mente como fin de la
investigación.
Es necesario
insistir en lo que se busca con un objetivo es la comunicación exacta de lo que
se tiene en mente; por ello, el mejor enunciado es aquel que excluye el mayor
número de interpretaciones posibles. En la redacción de objetivos se requiere
tomar en consideración que hay palabras o símbolos, con muchas
interpretaciones, e igualmente los hay que admiten pocas interpretaciones; por
ello, se debe seleccionar la palabra o el verbo que más convenga a su sentido
de exactitud respecto a lo que se piensa. Otra característica importante en la
declaración de un objetivo es que éste debe identificar el tipo de resultados
concretos que se pretende lograr. Además, los objetivos deben señalar acciones
relacionadas con las observaciones y descripciones de situaciones que el
investigador esté en capacidad de realizar y que no se salgan de sus
posibilidades reales.
*Después de leer el articulo responde las siguientes preguntas, podrás opinar las veces que consideres necesaria argumentando tu respuesta (fecha limite septiembre 14)
1. ¿Qué es un
planteamiento del Problema?
2. ¿Cómo surge
un problema?
3. ¿Cuáles son
los elementos de un problema?
4. ¿Cómo se
describe un problema?
5. ¿En qué
consiste la formulación de un problema?
6. ¿Qué
elementos se toman en cuenta para la formulación de un problema?
7. ¿En qué
consiste los objetivos de la investigación?
8. ¿Qué
elementos se toman en cuenta para la elaboración de los objetivos?
9. ¿En qué
consiste los objetivos generales?
10. ¿En qué
consisten los objetivos específicos?
11. Elabora un árbol de problema teniendo en cuenta la problemática que deseas investigar lo expones enviando un vídeo